domingo, octubre 18, 2009

Sin encontrarte...


Cuando yo al educar mi mente con soberbias palabras carentes de poesía, enunciados rimbombantes sobre plantas y Paleontlogía, mientras que tú, en tierras hermosas y con historia extensa, llevabas en el corazón dolor y agonía pues alguien muy preciado casi moría, no acudí en pos de tu alma caída por cuestiones ya sabidas, más mi mente entre nubarrones y grandes ventiscas buscaba llegar a la tuya para conseguir pensaras algo más que te alegraría, inmunda suciedad me sentí cuando con lágrimas perdidas, exigías el ¿por qué? contigo no estaría, no dudes mi vida que por ti todo daría, pues apenas retornaba mi mente avergonzada, exhausta y malherida.

No juzgues traicionero mi corazón, que es tuyo sin darte motivo o razón, no lo compares con nada que ya cansado está de pedir perdón, lleva muchos remiendos en él y aún así pequeños fragmentos van cayendo en mares de perdición, ahora sólo me queda creer que de esta situación, saldrá algo muy cercano a una bendición...

RIMA XXXVIII


Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Gustavo Adolfo Béquer