jueves, enero 15, 2009

GRACIAS A SU AMISTAD

El Domingo pasado, se suponía saldríamos mis mejores amigos y yo en una travesía a tomar café en Coyoacan, sin embargo Pablo, no asistió. Mi amigo Gabriel y yo fuimos pues ingerir tan estimulante bebida, acompañándola de un delicioso aroma a tabaco, producido por nuestros puros. Así, en el transcurso de la noche tuvimos una charla entretenida, pero algo regresó a mi mente, ya lo había visto venir pero no le tomé la importancia debida y eso debido a la conversación, le platicaba acerca de lo que había hecho en esos últimos días, de la sensación extraña en el parque, etc., después mientras seguíamos charlando de lo mismo, un cantor errante interpretó una canción que trajo a mis ojos aquel líquido salino denomindado lágrimas, no dejé que fluyeran pues no quería que me vieran llorar nuevamente, Gabriel comprendió y puso su mano en mi hombro diciendo - Te entiendo hermano - cuando hubo terminado de cantar aquella persona, sentí una vibración en mi voz, me costaba hablar con firmeza, una lluvia de nerviosismo me invadió el cuerpo y mejor le propuse hacer algo que ya no habíamos hecho, caminar por la oscuridad en las calles, sólo vistos como sombras en las penumbras que producen los postes de amarilla luminicencia, nuestros pies nos llevaron directamente hacia aquél parque que tan buenos y malos recuerdos llegan a mi cabeza, llegamos al parque Tagle, le mostré la banca en la que sentí algo fuera de lo común, seguimos caminando para llegar porfin a una banca en la que seguimos con nuestra plática, mejor dicho, seguí hablando con él, hasta que me callé, pues no soy el único que ha tenido cosas que pensar, el me platicó algunas cosas que le habían pasado y así continuamos. Ya era más de medianoche cuando se voltea y me dice - ¿Te das cuenta que aunque somos incondicionales no nos hablamos cuando estamos en las peores circunstancias? Tengo una idea ¡Hagamos un pacto! cada vez que estemos en circunstancias que son aberrantes para nosotros, nos veamos y platiquemos lo que nos sucede, así no nos enteraremos tiempo después - Me pareció perfecta la idea, acepté el trato, nos pusimos de pie, dimos una última vuelta al parque y nos encaminamos a nuestras casas no sin un fuerte apretón de manos y un abrazo, con el que recordamos que con los años que llevamos de amistad, no podemos permitirnos fallar...