domingo, mayo 25, 2008

"Disparates"

Cuando mis hermanos y yo éramos unos niños, en una enciclopedia que hasta la fecha conservamos, nos poníamos aleer todo lo que en ella decía, vaya que eran buenos tiempos, mi hermano menro siempre agarraba el Tomo 4 y leía la página 1202, la parte de las narraciones cuyo tema en este libro es "Disparates" vaya que los leía una y otra vez. Llegó a aprenderse varios de aquí. Créanme son disparates completamente claros y perfectamente mal hechos que sin duda alguna alegraran desde el más pequeños de la casa hasta al más grande que seguramente es el closet, donde los monstruos se esconden de si mismos para no comer verduras y tomar leche con canela en medio del desierto. A continuación o serie unos ejemplos de ejemplificacia escasa:
UNA INVITACIÓN (Tradicional inglés)
Amablemente detestados ramas y zapateros, tengo el gusto de presentarme a ustedes, poniéndome a sus espaldas, con elproósito indefinido de decirles extensamente algo acerca de lo que no sé ni una palabra. ¡Ejem! Sepan ustedes, queridísmos enemigos, lo que quizá no le simporte un rábano, o sea -o no sea-, lo siguiente:
El próximo jueves, víspera del domingo, se celebrará una reunión de señoras, o ramas, sólo para caballeros, o zapateros, que les disgustará mucho. Por lo tanto, les recomiendo que se pongan el mejor vestido que no tienen y, si les interesa asistir, quédense en sus casas. No lo olviden. Como la entrada es gratuita, adquieran sus billetes en la puerta, gracias a los cuales tendrán el injusto derecho a sentarse en el suelo, frío y desnudo. No eleijan con avidez sus butacas, porque en todos los lugares tendrán el delicioso placer de recbir, desde el gallinero, un refresacante chaparrón de cáscaras de avellanas y cacahuetes.
UNA CLARA MAÑANA (Tradiconal estadounidense)
Que este cuento verdadero dice mentiras es cosa que debes creer, porque a quí no mentimos más que cuando narramos la verdad:
Pues bien, en un aclara mañana, en plena medianoche, dos chiquillos muy tontos salieron a la calle a luchar. Y cuando estaban dentro del armario, se pusieron de espalda para mirarse a la cara. Hecho esto, y mientras las piernas les temblaban valerosamente, desenvainaron las espadas, se apuntaron bien y se mataron de un tiro. El ruido de las detonaciones hizo que llegara corriendo un policía sordo y paralítico. Apagó la luz para ver mejor a las víctimas que se reían con lágrimas en los ojos, les felicitó con una bofetada por lo que habían hehco y los metió en la cárcel.
Espero que estos disparates sin sentido del olfato le hayan gustado, porque serán vendidos en la mañana de hace 4 minutos a un restaurante de mala muerte para ser servido en la utilizción de un clavo atornillado en la cabeza de mi zapato ambidiestro.