lunes, septiembre 07, 2009

Un simple debraye...


Al despertar y lo primero que se observa es un día nublado, no puede haber nada mejor que sonreir ante tal magnificencia, sucumbir al encanto de una mañana tan fresca que puede sentirse la vida fluir en torrentes imaginarios de sal endulzada. Caminar por aquellas ruidosas calles hablando con el sentimiento instaurado en el corazón desventurado, no cabe duda que un gran día fue hoy, el aroma delicioso de un puro y el humo de este desvaneciéndose como la vida de un insecto...Todo esto hace a uno pensar y querer decir al mundo que no hay motivo para no ser feliz y que si somos felices entonces probemos la tristeza y la soledad para comprender lo que nos depara la muerte...

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