En 1408 Mohamed VI de Granada viéndose morir, ordenó ejecutar a su hermano Yusuf a quien retenía en el castillo de Salobreña. Quería evitar que le sucediera y así ceder el trono a su hijo. Cuando el mensajero llegó a la fortaleza, Yusuf estaba jugando ajedrez con el guarda de la prisión y pidió como última gracia terminar la partida. Justo en el momento en que el príncipe musulmán dio jaque mate, llegaron los emisarios con la noticia que Mohamed VI había fallecido. Yusuf era pues el nuevo rey. Se dice que conservó el alfil de aquella jugada como talismán.
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