Pensar que en Domingo, no se me ocurre salir a causa de la ya prespuesta flojera, sin embargo, si mis amigos me llegan a hablar (cosa que no sucede muy a menudo) para ir a echar el coto, esa pereza desaparece y salgo de mi casa.
Hace 3 días mi amigo Pablo por medio de la vía del chat me propuso salir a tomar el café y fumar unos habanos, ante lo cual soy tan débil como un ratón por el queso (en realidad por cualquier cosa que sea comestible), no crean que me convence salir en Domingo, una de las razones por las que lo hice fue porque el día estaba nublado, lo suficiente para mantenerme con una sonrisa. Total, ese día fue entretenido, ya tenía tiempo que Pablo y yo no conversábamos tranquilmente, sólo faltó Gabriel (andaba trabajando), cabe mencionar que para el disfrute de una tarde nublada y lluviosa bastan tres cosas:
1. Café
2. Tabaco
3. Buena compañía (amigos, novia o ambos) con plática interesante.
Y este Domingo pasado se cumplieron las tres cosas, por lo tanto, eso hace que esa tarde sea recordada con mucho aprecio.
